Mi abuelo me sacó del clóset a los 18 años. Me acuerdo perfectamente cuando entre lágrimas y un temblequeo incontrolable le acepté que mi amigo Christian era más que amigo; era mi novio. El proceso de aceptar la verdad y desenmascararme estuvo lleno de mucho miedo, nerviosismo e incertidumbre. Ahora que miro atrás — y comparo mi experiencia con la de muchos — tengo que decir que, a pesar de todo, mi proceso fue un “mamey” ya que siempre he contado con una fuerte red de apoyo: mi familia y mis amigos.
No es casualidad que hoy, 11 de octubre se cumple el 31 aniversario del “National Coming Out Day” y que ahora, a mis 31 años, es cuando me uno por primera vez a la celebración. Lo hago como una manera de recordarme a mí y a todos que no estamos solos y que tenemos que seguir luchando por justicia y por igualdad.
Sé que humanizando al homosexual y contando un poco de mi historia puedo hacer la diferencia. Cada persona que habla cambia más corazones y mentes, y crea nuevos defensores de la igualdad. Con mi historia puedo ayudar a otros a tener un proceso más fácil porque cuando las personas conocen a alguien que es LGBTQ, es mucho más probable que apoyen la igualdad ante la ley. Más allá de eso, nuestras historias pueden ser poderosas entre sí.
Así que hoy, 11 de octubre de 2019 celebro por todo lo alto el amor en libertad y como bien dijo Ricky Martin: “Hoy acepto mi homosexualidad como un regalo que me da la vida”.
Para más información: https://www.hrc.org/explore/topic/coming-out