Hago un esfuerzo consciente para no juzgar. Hace varios años tomé la decisión de trabajar esa parte de mí porque la vida me enseñó y me demostró que es mejor entender que juzgar. Desde entonces, tengo un Post-it mental que lee “entiende y no juzgues”. ¡Que mucho he mejorado! Ahora bien, me queda camino por recorrer. Por ejemplo, todavía juzgo:
- Personas a las que no le gusta la Nutella
- Vendedores de Herbalife y Monat
- Individuos con pelos en la nariz sobresalientes
- Seres humanos sin iPhone
- Almas que hacen ruido mientras hacen ejercicio
- Gente con poca higiene dental
- A los penepés, estadistas y republicanos
- Sujetos que usan ropa apretá
- Personajes que usan desodorante de roll on
- Todo aquel que su email sea @yahoo.com, @hotmail.com, @aol.com, @coqui.net o similares
- Los que usan Pandora o Apple music
- Los que no tienen social media
- Sujetos que al saludar dan la mano monga, sin firmeza
- La limpieza de los hogares
- A los que hablan y no escuchan
- Los que piden pizza con piña
- Al que juzga sin entender
Y la lista sigue…pero ya no es tan larga como antes. Y de eso estoy orgulloso.
Y tú, ¿A quién juzgas?