Hace unos días Mónica me recordó que hay muchas cosas que no entiendo en esta vida. Sí, muchas. Por ejemplo: el prejuicio social que sufren los que no saben cocinar.
Es de conocimiento público que no sé un carajo de cocina… y me da muy igual. La cocina me causa estrés, y mientras me produzca esta sensación planifico quedarme con el mismo nivel de conocimiento . Por otro lado, mi novio es “master chef ”. No cocina rico , lo próximo…Y claramente, esto no es problema.
Problema es lo siguiente: la inferiorización. No es justo que se me inferiorice por no saber cocinar. Cada vez que estamos juntos compartiendo con alguien y surge el tema de la convivencia — y de que yo no cocino —, percibo de la gente una mirada fija y punzante que lee de esta manera: “un queda’o, ay fó ”. Sin embargo, cuando sale a relucir el dominio que tiene Ramón sobre la cocina, las personas sonríen, regresan con sus miradas inmutables y agudas , pero esta vez gritando: “estás querido”, “no lo dejes ni pa’l carajo”, “#bendecido”…
¡Qué cojones! ¡Basta ya desacreditarnos! ¡Yo limpio, yo recojo, yo también aporto en el hogar! Pero no, para el mundo, el que no cocina tiene las de perder mientras que el “master chef” respira un aire superior y más seguro. ¿Alguien me explica por qué? Yo creo en la diversidad y en que cada cual aporta a la sociedad de diferentes maneras. No hay que saber de cocina para tener éxito en la vida. No es saber; es conocer a quien sabe hacerlo . Esto me queda muy claro, pero el resto del mundo piensa diferente y no entiendo por qué.
Taxes
Otra cosa que no entiendo son los taxes. ¡Malditos! No sé ni qué decir porque la verdad es que no los entiendo. Lo que sí entiendo es que los taxes se deben enseñar como un curso básico en la escuela secundaria y la universidad. ¿Por qué no se enseña este tema tan importante? Es tan importante que hasta de no dominarlo puede limitar tu libertad. Pero no, prefieren enseñarnos de matrices, estequiometrías, planos cartesianos y madres. Cosas que a mis 30 años no he aplicado ni una sola vez y, sin embargo, me persiguen a diario. Esto no tiene sentido, ¿verdad?
Vestir la cama
¿Acaso la cama va a salir del cuarto? ¿Por qué hay que vestirla? Reconozco que se ve más bonita cuando está “vestida”, sobre todo cuando hay visita para demostrar capacidad de organización y limpieza. Pero, perdóname, vestirla a diario me parece una ridiculez, una pérdida de tiempo y una paradoja. Mis padres han vestido la cama toda la vida. @Ramón, mi novio, también. El destino se encargó de sembrármelos en el camino. Así que no me queda de otra. La cama se viste porque hay veces en la vida que hay que dar para recibir. Uno escoge las batallas , aunque no las entienda. Aparte de que el que no cocina tiene las de perder. ¿Recuerdas?
Los himnos nacionales no se aplauden
Ridiculez a la máxima potencia. Mi teoría es que al parecer a alguien se le antojó un día decir que aplaudir el himno era una falta de respeto y desde ese entonces aquí estamos, quedándonos con las ganas. He querido gritar y aplaudir tantas veces luego de escuchar La Borinqueña, pero no lo hago por seguir el protocolo social. ¿Acaso esto tiene sentido?
Monjas
¿Alguien me explica el rol de las monjas en el siglo 21? Si alguien me contesta “montar colegios”, no lo compro. No hay que ser monja para montar un colegio. Si alguien me contesta “ayudar a los enfermos”, no lo compro. No hay que ser monja para ayudar a los enfermos. Si alguien me contesta “asistir al padre”, no lo compro. No hay que ser monja para ayudar al padre de la iglesia.
Las monjas son “animales” en peligro de extinción. ¿O acaso alguien conoce a una monja to be? Yo no. ¿Quién quiere entregar su vida de esa manera en el siglo 21? La RAE define la palabra monja como “persona que pertenece a una orden religiosa y vive en un monasterio”. Yo las defino como “un ente místico” — tan místico que no se le entiende—, “que siempre dice presente y que carece de un update en la sociedad moderna”. Me parece que mi definición es más acertada.
Estas son solo algunas de las cosas que no entiendo hoy viernes, 11 de agosto. Mañana se sumarán siete más. Por el momento, me conformo con compartirlas como preguntas sin respuestas. Ojalá las respuestas se encuentren con las preguntas en el camino para que se hagan compañía.